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La Bacante lujuriosa y asesina.



Se encuentran en un claro, dentro de la espesura del bosque. Él que deambula por los valles y llanuras, propiciando fertilidad a la tierra y tal vez un augurio a algún soñador que se permita caer adormilado sobre la lana del cordero sacrificado. Ella, de apariencia tentadoramente dulce, piel lisa al tacto y apetito desenfrenado. No conoce límites sus ansias de lujuria que se vierten en un mar de energía cuando su cuerpo danza desnudo sin percatarse del amanecer.
El fauno busca dominarla, rodeándola con el brazo, como custodio de su espigada espalda que parece extenderse... alargarse hasta la inconmensurabilidad y ya habiéndola sostenido, la condena al placer de su deseo, con una mirada explotando en lascivia que reposa en sus pechos. Mas ella pareciera leer sus pensamientos y aunque complacida, con una sonrisa sincera pero indiferente parece ya insinuarle que la única condena será la suya, al ser muerto en honor a su señor Baco.
Fuente: http://amantedeldelirio.blogspot.com/